A principios de semana tuvo lugar una reunión del presidente del gobierno con los banqueros más importantes del país. No acudió a la cita Botín, presidente del Banco de Santander, porque no quiso coger su avión privado y abandonar una cacería. El gobernador del Banco de España era antiintervencionista, al revés que los norteamericanos. Sin embargo, triunfó la propuesta de Zapatero de garantizar un fondo sobre los ahorros de los españoles.
La banca española está en mejor situación que la estadounidense y que la mayoría de los bancos europeos. Así las cosas, ¿quién dice que hay que hacer los deberes en Europa? España no pertenece a ese "grupo de privilegiados" llamado G-7, que teóricamente mueven los hilos de la economía mundial (¡ja! ¡ja!) Nuestro presidente no fue invitado a la reunión de París. La cosa se complica cuando vemos que los problemas mundiales (la "globalización", palabra engañosa) en realidad no afectan a España en cuestiones financieras. El corolario de todo ello es que el pánico de los mercados no tiene por qué afectar tanto a los ciudadanos españoles.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario