La imagen son las ruinas de la bodega del Monasterio Nuevo de San Juan de la Peña, recientemente rehabilitado como museo por el Gobierno de Aragón. Recorriendo sus salas se puede descubrir lo que era un monasterio medieval: las habitaciones con camas plegables para dos monjes, la celda del abad, la carpintería, la herrería, el horno, las caballerizas, etc.En cuanto a los enseres expuestos destaca la vajilla con la inscripción S.J., esto es, San Juan. Los paneles didácticos están bien resumidos, pero cuesta trabajo leerlos todos. Por otra parte, el claustro rehabilitado es ahora una sala de exposiciones, donde pude admirar los carteles para obras de teatro del diseñdor oscense Isidro Ferrer.
Lo mejor del Monasterio Nuevo no es, como algunos pueden pensar, el bar del museo, sino la tienda, donde se pueden comprar, aparte de las típicas camisetas, postales y jarritas, unas reproducciones de casas pirenaicas con su enorme chimenea. A destacar la colección de libro y sobre todo de discos como Los Titiriteros de Binéfar o La Bullonera.
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