* no pretender cambiar el mundo. Son los lectores quienes lo comabian
* no emular a autores consagrados: encontrar la voz propia.
* no equiparar la escritura a una actividad física, en que el entrenamiento progresivo produzca méritos. El éxito llega cuando menos te lo esperas.
Compartimos con este escritor el fracaso en las oposiciones de Educación Física. Al decir de Carrasco, las programaciones didácticas, más que género literrario, son relatos de historias que pueden llegar a ser convincentes. Para el conferenciante, cualquier situación de la vida se puede convertir en un relato convincente. Viva voce.
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