Si sumamos a los 2016 de la Era Cristiana los 753 desde la fundación de Roma ("ab urbe condita") obtenemos que nos encontramos en el año 2769 de Roma. Puede parecer futurista o simplemente presuntuoso pensar que la Romania no desapareció con la muerte del último emperador Rómulo Augústulo. Al decir de los historiadores, la pervivencia de la cultura clásica se mantuvo no sólo en los monasterios, con la custodia de manuscritos, sino también en las explotaciones agropecuarias que mantenían la economía tardoimperial. El dominus poseía una serie de propiedades en lo que se conoce como villa rustica. Las granjas actuales son herederas de un sistema económico muy parecido al romano: calendario agrícola, ferias, administración... Villicus.
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