En la sala Renoir de Zaragoza han estrenado este fin de semana la película Las chicas de la lencería, una producción alemana. El acierto de esta película es que van a la par guión e imagen, porque hay películas en que tiene más importancia la imagen (efectos especiales, retoques de ordenador...) o más el guión (cine clásico, películas basadas en novelas...).
Esta ambientada en un pueblo alemán donde una anciana se convierte en empresaria a pesar de la oposición inicial del pueblo. El género claramente es comedia, aunque no hilarante. Se aprende a valorar un oficio tradicional como es el de costurera, que las tiendas de grandes almacenes no son capaces de valorar. Pero resulta que el oficio más tradicional se convierte en el más vanguardista cuando la anciana, madre del pastor evangélico del pueblo, incluye entre su mercancía lencería erótica.
No resulta muy verosímil, sin embargo, el grupo de espiritualidad que monta el pastor, aunque suena algún clásico del gospel de fondo. A valorar las diferencias de las tres generaciones que aparecen: las ancianas-empresarias, los adultos-políticos y los jóvenes alegres. Se tiene la sensación de que refleja con nitidez la evolución de las sociedades europeas tradicionales.
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