Hoy hemos celebrado la jubilación de mi profesora de Literatura Española del instituto, doña María Pilar Novales. La comida ha sido pantagruélica y el vino Rioja. No podía ser de otro modo.
Así que hemos coincidido durante dos horas mis profes de matemáticas, diseño, física y química, filosofía y religión, además del administrativo del IES Pedro de Luna.
La profesora que hoy se jubilaba me enseñó a leer el Poema de Mío Cid, el Quijote, La vida es sueño y, sobre todo, La Celestina.
La tragicomedia de Calixto y Melibea narra un amor obsesivo entre un caballeresco Calixto y una ardiente Melibea, amor imposible en una España que no salía del Medievo. Nuestro Romeo y Julieta propio se diferencia del de Shakespeare en su lado cómico. Los criados de Calixto son vulgares, groseros y "sanchopancescos", nada que ver con el cortesano amor de Romeo y Julieta. La piel de toro todavía tiene ese lado de "landismo" (del actor Alfredo Landa) que no termina de aceptar los cánones clásicos.
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