Querida Ángela:
Sé que estás leyendo esta carta desde el cielo, a donde fuiste en tránsito el pasado domingo. No te guardo rencor si en algún momento no nos entendimos bien. No olvidaré nunca las tardes de teatro, de cine, de poesía, de música que pasamos juntos en salas de cine, en salas de conciertos y en cafeterías. Y si eso no es amor, que venga Dios y lo diga.
Le he dado un achuchón a tu hermana Anabel, que está pasando por malos momentos y, por fin, he escuchado la carta que te ha leído tu padre ante toda la asamblea congregada en la iglesia.
Los que quedamos aquí en la Tierra no te olvidamos ni te olvidarémos. Siempre recordaré aquel poema que recitaste en El Corte Inglés, no sé de que poeta del 27: "cuando era primavera en España...". Hasta siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario