En Curso Interdisciplinar de Humanidades que se está celebrando en Alcañiz ha participado el catedrático emérito de la Universidad Complutense de Madrid, Luis Gil. Su ponencia abordó el tema de la democracia en la Atenas clásica.
Como sabemos el origen de la democracia se debe a Solón, quien propuso un sistema de los semejantes (homoios), mientras que su reformador Clístenes evolucionó más bien a la igualdad (isos). Se empezó a dar en Atenas un abuso de la igualdad: igualdad en el turno de palabra (isegoría), igualdad de poder (isocratía), incluso la gente llamaba a sus hijos con el prefijo Iso- (Isócrates...). Esta moda fue corregida afortunadamente por Pericles, quien retomó la democracia aristocratizante, donde no se da el lema de "café para todos". Pericles se basaba en la nobleza de nacimiento (eugeneia) y en lo útiles que pueden ser las personas para el buen funcionamiento del sistema democrático.
Así las cosas, tanto en el siglo V a. C. como ahora el mayor peligro de las democracias occidentales es el abuso de la palabra: parresía (´hablar por los codos´), porque entonces se tiende a la sofística, donde una proposición y la contraria son válidas a la vez. La lógica nos dice que esto no es posible, y que el control sobre los medios de comunicación y las largas reuniones de trabajo improductivo, que a veces nos toca sufrir, son incompatibles con el espíritu democrático.
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