Según Rodríguez Adrados (Revista de la S.E.E.C. nº 125), el calificativo de "lenguas muertas" aparece desde que en 1580 Herrera publicara un comentario a Garcilaso. Sin embargo, la propia evolución del latín tardío le hace florecer en un nuevo organismo llamado lengua española (véase la metáfora del injerto). Entre las evidencias de cómo vive el latín y el griego en nuestra lengua actual se encuentran:
* dobletes: cátedra-cadera
* sistemas de derivaciones: corazón-cordial
* helenismos puros: democracia, práctica, política, teatro...
* unos 200 prefijos: filo-/ inter-...
* híbridos: burocracia, televisión...
* neologismos erróneos: microbio, cosmonauta...
El socio de honor de la Sociedad Española de Estudios Clásicos llega a la conclusión de que aproximadamente un 95% del léxico castellano es de origen grecolatino. Por tanto, se puede afirmar que las lenguas clásicas viven en la lengua actual con las comprensibles evoluciones desde hace 23 siglos.
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