Diversas asociaciones como la Fundación Canfranc proponen a jóvenes ilusos perder su tiempo en ayudar a inmigrantes, en lugar de promocionar su propia carrera profesional. Parece un mundo feliz, pero los currciulum vitae que reciben este tipo de instituciones, subvencionados por la Administración Pública, no sabemos a dónde van. ¿Quién está detrás?
Recuerdo cuando estaba en paro que desde instancias oficiales se defendía el 0,7% para el Tercer Mundo. Parecía una idea altruista, pero cuando eres la víctima del sistema debes pensar en los enfermos de tu familia y no en pagarte en avión a África. Magistri suspectarum.
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