"negro" literario), comenta la lentitud de la justicia española. Aparte del título del artículo ("atribuir a cada uno lo suyo"), en el cuerpo aparece la palabra "prefecto" para definir el juez.
Pero si consultamos los diccionarios, observamos que el praefectus era, en realidad, un alto funcionario administrativo al frente de la documentación de un municipio o de una provincia, no un juez. Error disculpable en un escritor de novelas.
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