lunes, 10 de enero de 2011

500 ANIVERSARIO DE MIGUEL SERVET

Ayer el ateneísta Gonzalo Martínez (en el centro) impartió una conferencia sobre la trayectoria y la muerte del humanista Miguel Servet. Aunque se ganaba la vida como médico, su auténtica pasión fue la teología, lo que le acarreó el conocido como odium theologicum. Su mayor enemigo (Calvino) consiguió que lo quemaran vivo en la ciudad de Ginebra.
Abanderado de la libertad de expresión, todavía hoy tiene seguidores en Transilvania. No obstante, su legado llegó a inspirar a través de los filósofos ingleses la Constitución de Estados Unidos. Hasta bien avanzado el siglo XX no se pudo traducir la abundante obra servetiana desde el latín. Naturalmente es un latín escolástico, ajeno al que estamos acostumbrados en las aulas. Por la falta de traducciones, no fue comprendido su pensamiento hasta recientemente, sobre todo en su obra De trinitatis erroribus. La quaestio disputata era si sólo el Padre representa al Dios eterno, o colaboran en comunicación el Hijo y el Espíritu Santo. ¿Sola fides?

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