Según afirma el historiador Domingo Buesa en El Pirineo Aragonés (edición de hoy, p. 12), el Consejero de Cultura de la Generalitat anunció "el descubrimiento de los restos del rey catalán Pere II". Siguiendo la cronología que aportaba, en realidad se trataba de Pedro III, rey de la Corona de Aragón y conde de Barcelona.
Afortunadamente tenemos a los historiadores que corrigen a los políticos localistas, cuando en cualquier universidad extranjera, desde Oxford hasta California, se habla de la Corona de Aragón. Pero no sólo es sobre nombres el contencioso. El Consejero catalán lo hacía nacer en Barcelona, cuando está documentado que fue en Valencia.
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