Los cines Grancasa de Zaragoza permitieron ayer la emisión en directo de la ópera de Verdi El trovador desde el Liceu de Barcelona. Entre el público sólo estábamos dos profesores de griego, aunque sabemos que la pervivencia del teatro griego antiguo se rescata en el barroco de la mano de Monteverdi.
La historia cuenta como Leonora de Sesé está enamorada de un trovador, al tiempo que la corteja el conde de Luna. La trama acaba con suicidio por amor y con la verdad trágica que revela la gitanilla interpuesta entre los amantes.
Una historia de maldiciones gitanas, bandos enfrentados en la Corona de Aragón y una historia de amor cercenada por el peso de los prejuicios. La orquestación de Verdi viene acompañada de un vestuario muy moderno en que los gitanos son equiparados con obreros de la construcción. El escenógrafo olvidó que la acción se desarrolla en el Castillo de la Aljafería de Zaragoza.
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