Con ocasión de los terremotos de Italia ha habido varias grafías. Mientras en España decimos "seísmo", los periodistas latinoamericanos emplean la palabra "sismo" para referirse a un terremoto. El diptongo griego "ei" debería contraer en "i", pero la lengua de la península no lo hace. Otro doblete lo tenemos en el dios del mar: Poseidón para unos, Posidón para otros.
Sin embargo, sí tenemos la contracción del diptongo en el aparato para medir los terremotos (sismógrafo, en la imagen) o en la ciencia que estudia las convulsiones de la Tierra (sismología). Mientras tanto, el uso se impone y decimos "seísmo" (con acento) y no "sismo".
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