Ayer domingo tuvo lugar la tertulia dominical en este caso sobre "los jesuitas y la cultura china". Intervino como invitado José Antonio Cervera, que dirige un doctorado sobre Historia de la Ciencia en México.
Los jesuitas se introdujeron en China ya a finales del siglo XVI mediante la inculturación a la cultura china (llevaban, por ejemplo, vestidos de seda). Allí destacaron como astrólogos, al llevar la avanzada ciencia de Galileo y Copérnico a un país también desarrollado pero sin los avances de Occidente. El Emperador chino les recibió y todo parecía ir viento en popa en la evangelización.
Sin embargo, los jesuitas respetaban los ritos ancestrales de culto a los muertos que eran escandalosos para franciscanos y dominicos. El fondo de la cuestión era si el respeto a los muertos era civil o religioso. La polémica llegó a la Santa Sede y al cabo de muchos años se determinó que había que oponerse a esas prácticas no cristianas. El Emperador chino lo tomó como una ofensa a su cultura y expulsó a los jesuitas de su país.
El coloquio posterior abordó muchas cuestiones: la relación con la filosofía de Confucio con la moral católica, la evangelización de China en el siglo VI por parte de nestorianos, la llegada de protestantes en el siglo XIX, etc. La pregunta que quedó sin resolver es qué hubiera pasado si la Santa Sede se hubiera puesto de parte de los jesuitas, respetando los cultos ancestrales chinos. Alguien sugirió que el cristianismo hubiera arraigado, pero hubiera evolucionado de tal manera que habría roto la ortodoxia católica, dado el carácter emprendedor de los chinos.
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