Los romanos tenían el sistema aditivo-sustractivo: se colocaban hacia la derecha aquellos números que sumar y a la izquierda del número mayor, los que había que restar. No obstante, no todas las inscripciones mantienen este sistema, ya que en ocasiones aparece el signo IIII en lugar del clásico IV. La numeración romana procede de la etrusca y en última instancia del sistema de muescas que aparece en culturas prehistóricas:
* en la quinta unidad se coloca una rayita oblícua, lo que dará lugar al V
* en la décima unidad se coloca una raya transversal, lo que dará lugar al X
El libro de Mª V. Veguín Historia de las matemáticas en la Península Ibérica (Reverté, Barcelona, 2011) cuenta cómo las estelas funerarias contienen formas aditivas (p. ej. IIII) o formas sustractivas (p. ej. IV). No hay más que acercarse al museo de cada capital de provincia para corroborar un sistema u otro. Summa
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