Los misterios de la Santísima Trinidad han ocupado a multitud de teólogos desde que Agustín de Hipona publicara De trinitate. Que Dios fuera uno y trino a la vez daba pie a diversas especulaciones más o menos espirituales.
Los arquitectos egipcios que construyeron las pirámides idearon el "triángulo egipcio" rectángulo, que tenía la proporción de una hipotenusa de 5 y unos catetos de 3 y 4. Esta tríada (3,4,5) cumplía con números enteros el teorema de Pitágoras, pero los sacerdotes interpretaron que el cateto vertical corto representaba a Osiris, el cateto horizontal largo era Isis y la hipotenusa Horus (el sol naciente). De esta manera, matematizaron su explicación de la vida eterna y explicaban fenómenos como las crecidas del Nilo o el crepúsculo. La mitología daba razón de fenómenos naturales.
Los cristianos de la Alejandría egipcia (los parabolanos de la película Ágora) reinterpretaron las explicaciones paganas y las adoptaron a su religión. Así, Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo igual que un triángulo rectángulo mantiene la proporción entre catetos e hipotenusa. De trinitatis erroribus
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