Esta película estrenada ayer ha sido dirigida por Ridley Scott como secuela de aquella Alien, el octavo pasajero que estrenara en 1979. Director de reconocido prestigio el género de la ciencia-ficción también fue tratado por él en aquella filosófica Blade Runner (1986). En esta ocasión ahonda en la mitología de los aliens, que han tenido otras secuelas, como monster-movie. El nombre de la nave interestelar responde al mito de Prometeo, que roba la energía a los dioses.
Blockbuster comercial, sin embargo un guión redondo y unos paisajes espectaculares liman a unos personjes un tanto acartonados. Sin duda el protagonista es el androide David [v. foto], capaz de entender lenguas indoeuropeas originales y de mantener conversaciones metafísicas con sus creadores, los humanos. Una sala a media entrada, debido a las vacaciones, pero sí entusiasta entre el público juvenil, que seguramente no ha visto el Alien de 1979. Imprescindible.
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