En una conferencia en el zaragozano Club Náutico, el escritor y periodista José Ramón Marcuello aportó una etimología para el hidrónimo del Ebro Elaios: "aceituno". Se quiere decir con ello que antiguamente había por sus aguas comercio de aceite, ya que se han encontrado en su álveo una serie de ánforas para colmatar el cauce. Marcuello mencionó que Avieno, escritor latino del siglo IV, llama al Ebro "oleum flumen", equivalente del griego "elaios potamós".
Mi teoría, que debe ser contrastada todavía, supone que ese adjetivo menciona el color del río "marrón como el aceite, aceitoso". Es sabido que Homero califica al mar como "vinoso" (oinopon ponton), ya que la luz al atardecer muestra al piélago de color rojo oscuro. "Aceitoso" sería una teoría plausible desde el punto de vista poético, aunque no económico como el "aceituno" de Marcuello. Benévola controversia.
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