lunes, 23 de agosto de 2010

LA VICTORIA DE LOS COBARDES

En un artículo de opinión de hoy en el Heraldo de Aragón, una ex-directora de Educación de Zaragoza explica que un legatus era un comandante que estaba al frente de una legión romana. Esto viene a cuento para explicar la falta de liderazgo en política. Para Pilar de la Vega, al igual que los soldados confiaban en su legatus, los políticos deben confiar en sus líderes. Los legatarios seríamos, al decir de la escritora, todos los ciudadanos que votamos a esos políticos. Esta pátina de clasicismo fingido está muy presente entre la clase política.
Pero las cosas nos son tan sencillas. Un profesor de latín de mi instituto con una discapacidad fue apartado de sus funciones, porque una serie de alumnos cogieron firmas venenosas. Esta directora de Educación (1987), cargo de libre designación, dio la razón a los alumnos y condenó al ostracismo a Jesús Lacarra. Este es el inicio del descrédito de la docencia Pilar, ¿quién era el legado?

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