El Código de Derecho Canónico establece que la petición de favores sexuales entre confesor y penitente (crimen sollicitationis) se puede denunciar en la propia Iglesia Católica ante el Ordinario. Sin embargo, en este caso el clérigo está protegido por el secreto de confesión, con lo cual sólo sufrirá un apartamiento temporal. La denuncia civil es la que verdaderamente hace justicia en un delito sobre la libertad sexual y al abuso de poder. Los últimos escándalos de pederastia aluden a esta vía jurídica como la que verdaderamente saca a la luz estos abusos. El llamado "secreto pontificio" es incomprensible en una democracia. Pero la Iglesia Católica no es ni democrática ni igualitaria, hasta que llegue el fin del mundo. Armagedón
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