Sinesio de Cirene (http://www.erratanaturae.com/elogio_de_la_calvicie.php) tiene un elogio de la calvicie que merece la pena apuntar:
"Puedes ver en un museo cuadros, me refiero a los de Diógenes y Sócrates y cualesquiera de los sabios de todas las épocas. Te parecerá que se trata de una compañía de calvos".
El propio Sinesio de Cirene tenía alopecia, con lo que su conclusión es digna de una antología de máximas clásicas:
"Si hay alguien sabio, es calvo. Si uno no es calvo, tampoco es sabio".
Así que, siguiendo el argumento, tenemos que esperar a que nos llegue el día en que nuestra cabeza sea pelona, para que seamos admitidos en el gremio de los sabios.
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