sábado, 16 de octubre de 2021

SECRETO MESIÁNICO

El evangelio de Marcos narra que Jesucristo quería que sus discípulos no difundiesen que él era el mesías: mientras Pedro afima "Tú eres el Cristo", Jesús responde "No se lo digáis a nadie" (Mc 8, 27-30). Esta teología del secreto mesiánico fue estudiada por W. Wrede en 1901, aunque el mismo evangelista se contradice cuando Jesús afirma "¿Por qué me llamas bueno? Uno sólo es bueno: Dios". No es seguro que Jesús tuviera una conciencia mesiánica, como sí los apóstoles, cuando ex eventu predice la destrucción de Templo de Jerusalén, ocurrida el año 70 d. C. a manos del emperador Tito. Sabemos que este evangelio, el más antiguo, fue compuesto después de esa fecha por parte de la segunda generación de cristianos.
Después de la crucifixión de Jesús, los apóstoles leen el acontecimiento como de sacrificio expiatorio, con lo que la interpretatio christiana les lleva a leer las profecías del Antiguo Testamento en clave cristológica. El salto entre el Jesús de la hitoria y el Cristo de la fe produjo una mitificación del maestro judío post mortem, elaborada por los discípulos. Para G. Puente Ojea esto evita un colapso en la propagación de la primitiva Iglesia hasta los días de hoy (El evangelio de Marcos, 1992). Reflexiones aparecidas en la revista Más Allá de este mes. Solus Christus

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