[foto: Villarreal en la Canal de Berdún]
En latín canalis, -is es de género masculino. En español evolucionó a "el canal" (acequia de riego) o "la canal" (interior de un animal sin vísceras). La cosa se complica más cuando sabemos que en aragonés "la canal" designa un valle en el Pirineo. La explicación es que las palabras terminadas en -o se especializaron como másculinas y las terminadas en -a en femeninas. Sin embargo, una palabra terminada en -al, como canal, podría asignarse a cualquier género, ya que se indiferenció en el romance medieval ibérico. De ahí la alternancia "el canal"/"la canal". Genus epicenum.
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