En la Edad Media los juglares cambiaban la letra de las canciones, manteniendo la misma melodía. La lírica trovadoresca intermelódica se puede rastrear por internet. Dio pie a muchas composiciones tanto profanas como religiosas, que se llaman contrafactum o tropos. Todos recordamos las canciones de misa sacadas de melodías de los Beatles.
Con ocasión de las manifestaciones por la Escuela Pública vuelve ese espíritu de las caceroladas y pitadas en que se cambia la letra a canciones tradicionales. En estas fechas invernales ya he escuchado en Teruel villancicos con letra revolucionaria. Contrafactare
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