En la exposición Artifex de la Casa de las Ciencias de Logroño pudimos contemplar el mecanismo de esta máquina que permitía medir distancias. La rueda de un carro movía una rueda dentada que al terminar la revolución mueve a su vez otra rueda dentada. Cada milla caía una bolita en un cuenco, lo que servía para calcular distancias.
La reconstrucción de máquinas antiguas aparecieron con las máquinas imaginarias de Leonardo da Vinci, que se expusieron por toda Italia y llegaron también a la sala de Caja Madrid hace unos años. Aplicado al mundo antiguo supone difundir el legado de ingeniería, que en parte sigue activo. Por ejemplo, para medir formas irregulares, como el perímetro de un lago, todavía se emplea el sistema romano. Perpetuum.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario