En el cuadro se puede observar a Francisco Franco en calidad de jinete del Apocalipsis que va a liberar a España del anticristo comunista. Si sólo fueran cuadros, sería fácil quitarlos de los lugares públicos y ya está, pero las huellas son más profundas:* a Radio Nacional de España le puso nombre el franquismo. Lo de "nacional" sobra.
* la escultura ecuestre de la Academia General Militar de Zaragoza fue quitada hace pocos años a hurtadillas. Un vecino consiguió alertar a los medios de comunicación.
* las calles como "José Antonio", "General Mola" etc. todavía quedan en pueblos como Belchite (Zaragoza).
* los servicios de inteligencia españoles estaban detrás del 23-F, como demuestra la serie de Antena 3 esta noche ¿sigue el culebrón?
* numerosas leyes, todavía hoy vigentes, no han sido anuladas en los 33 años de democracia.
A este respecto, los ciudadanos nos debemos asociar en nuevas redes no contaminadas por la revoltosa época de la transición: Facebook, SMS... Está llegando nuestra generación que pone en duda la transparencia de aquel cambio de chaquetas de 1975. Para los clasicistas, nuestro reto es el latín vivo, muy alejado de ese estructuralismo que nos atontaba en los 80. Nulla etica sine aesthetica.
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