Este era el título de un artículo de opinión el pasado Jueves Santo en el Heraldo de Aragon. Corroboraba una práctica tabernaria que tiene sus orígenes en los salones ilustrados del siglo XVIII. Remite además a la fundación del Ateneo de Zaragoza ya sesquicentenario, con tertulias literarias, taurinas o de médicos humanistas. Es sabido que hubo grandes tertulianos, como S. Ramón y cajal o J. Ortega y Gasset, cuya jovialidad recomendaba en su libro "¿Qué es filosofía?".
No obstante, tambien hay tertulias científicas, de psicología, aparte de las estrictamente literarias. El secreto de una buena reunión es que no siempre sea el mismo 'alma mater' el que dirija los debates, sino que cojan el relevo sucesivas personas, de manera que se mantenga el mismo espíritu, aunque no los mismos participantes. Satura tota nostra est
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