Estas son las últimas palabras del Emperador Nerón antes de que su esclavo Epafrodito consumara el suicidio asistido: "¡Qué artista muere conmigo!". La azacanada vida de Nerón ha sido llevada al cine en varias ocasiones siempre con una visión siniestra del estadista, culpable según algún historiador del incendio de Roma, iniciado en el Circo Máximo.
Mi contertulio Darío Aja cree que su figura está distorsionada como extravagante y alocado, aunque su punto de vista era más bien artístico. La interpretatio christiana lo sitúa en el bando de los que luchan contra el cristianismo. Pero la cuestión no está todavía cerrada.
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