Un dibujante de Jaca me hizo una caricatura a precio módico. Cuando le dije que era profesor de latín, cogió la idea y me representó como un poeta laureado.
Imagino que esa no es la imagen real que doy a la gente cuando me presentan una persona nueva: amigos de amigos, novias de amigos, familiares de amigos. A pesar de todo, me gusta verme como un ciudadano romano en un mundo que no entiende bien qué son los derechos humanos.
1 comentario:
Hombre, pues no está mal el dibujo caricaturesco. Los hay que no saben por dónde coger un detalle del mundo clásico y ¡la cosa acaba más bien en esperpento!
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