Conocedor tanto del latín como del árabe, su ímpetu misionero le llevó a cortes de príncipes y palacios de papas sin casi lograr su objetivo. Su legado se repartió por bibliotecas de España, Francia e Italia y fue citado por numerosos clérigos y humanistas, si exceptuamos los recelos de la inquisición dominica. Hoy en día es admirado por su pensamiento en Alemania y por su romance mallorquín en Cataluña. Theologia ancilla philosophiae.
Análisis de novedades editoriales, cinematográficas y artísticas relacionadas con el mundo clásico y el imaginario grecolatino de Europa

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